lunes, 21 de julio de 2014

"Flipped Classroom" en Santander: más consideraciones (II)

Continuamos con esta crónica personal del curso Flipped Classroom*, celebrado en Santander del 7 al 11 de julio. Tras el primer día, ya comentado y reflejado aquí, se nos ofreció un carrusel de herramientas TIC que podrían ayudarnos a la hora de dar la vuelta a la clase. Esta muestra consumió casi la totalidad del curso; a continuación intentaremos recoger lo más interesante, en mi opinión, de cuánto allí se nos comunicó. 
He de reconocer que conocí las rúbricas de evaluación en un encuentro de Aulablog, celebrado en julio de 2013 en San Sebastián. Me pareció un modo positivo de evaluar proyectos, trabajos en grupo... En Santander, Fernando Fuentes, de la UAM, nos habló sobre las rúbricas, su origen (evaluar las webquests) y nos indicó algún recurso como rubistar.4teachers.org, útil para generar rúbricas y ver multitud de ejemplos, que siempre pueden ayudar a manejar este tipo de instrumento evaluador. Entre sus ventajas, que el alumnado sabe qué se le pide y puede comprender con facilidad la calificación obtenida, ya que resulta muy visual.
José Sánchez y Julio Ruiz, de la Universidad de Málaga, nos ilustraron sobre cómo usar recurso digitales como audacity y spreaker, y nos mostraron la sencillez con que se pueden editar audios. Y eso me llevó a la reflexión, compartida con otros asistentes, de que nos perdemos instrumentos valiosos por cierto miedo a la novedad, a trastear con herramientas que no dominamos. Y de ahí, a considerar la importancia de tener cerca compañeros que puedan echar una mano, en un ejercicio de contagio, mucho más efectivo que la crítica o la descalificación de prácticas, que suelen provocar un enroque de los aludidos. Cada docente tiene un dominio de herramientas TIC; pero ese conocimiento per se no capacita ni inhabilita para innovar.
El jueves, Charo Fernández, @yalocin, nos dio una clase práctica de presentaciones utilizando powtoon.com, una herramienta con muchas posibilidades, aunque un tanto complicada en su uso al principio, en mi opinión. Charo, además, nos propuso esta presentación sobre los errores más comunes en este tipo de texto (y cómo evitarlos):


 César Poyatos, @cpoyatos, nos habló de edmodo, la red social para profes y alumnos, ejemplificando alguna de sus utilidades, que son muchas y variadas. Para mí, la posibilidad de comunicarse en un espacio compartido, controlado y cerrado, aporta organización y conocimiento por parte de los padres de qué están haciendo sus hijos; basta con entrar en la página de edmodo. 
Por último, Sergio García Cabezas, @sergioTIC, nos presentó cómo hacer vídeos de realidad aumentada a partir de cuadros famosos. Una interesante iniciativa que contempla diversas fases de ejecución, lo que asegura que el alumnado ha de investigar, preparar, elaborar un guion, grabar y editar. Esta actividad se propone a alumnos de bachillerato y se puede ver en algopasaenelmuseo.com. Además, en su interesante ponencia-taller se refirió al uso de las tecnologías de la información y comunicación como un añadido de valor a la actividad, de tal manera que si las TIC no añaden nada a la misma, no hace falta utilizarlas. Todos hemos visto, supongo, actividades en formato digital que son exactamente las mismas que podrían hacerse en papel; pues bien, mejor hacerlas sin TIC, sino usando una tecnología ya existente en la escuela, como es la reprografía o el uso de materiales seriados.
Las nuevas tecnologías proporcionan un margen de autonomía al alumnado para elaborar materiales propios, realizar síntesis o bien profundizar los aprendizajes en la red. El enfoque SAMR (acrónimo en inglés) define el uso adecuado de las tecnologías, ya que propone usarlas si sustituyen, aumentan, modifican o redefinen la tarea y por tanto posibilitan un mejor aprendizaje. Estamos muy de acuerdo con esta propuesta, en la que las TIC plantean una mejora, una novedad metodológica, no una simple imitación de usos anteriores, aunque eso es predecible en la aplicación de una nueva tecnología, como nos recuerda Jordi Adell: la nueva tecnología imita los usos de las antiguas, en un primer momento. Las TIC suponen un reto metodológico, no sólo funcional o técnico. Echando mano del dicho evangélico, a vino nuevo, odres nuevos. El problema, tantas veces, es que no hay ni vino ni odres, o uno (TIC) sin otros (metodología innovadora).
Hubo más cosas, pero no es cuestión de cansar a los lectores. Esta ha sido mi síntesis de una semana intensa, con muchos contenidos prácticos, bastante trabajo por parte de todos y algunas conclusiones; entre ellas, que más importante que las herramientas es el enfoque metodológico subyacente. Y que, para innovar, nada como repartir tareas, buscar complicidades (no necesariamente dentro del claustro, también en la red) y proponerse objetivos asequibles en plazos razonables. Es complicado dominar todas las herramientas propuestas; de ahí la necesidad de colaborar entre docentes, aprovechar recursos e investigar, para no duplicar o triplicar esfuerzos. De ahí la importancia de bucear en la red, de ir constituyendo el Entorno Personal de Aprendizaje, el PLE, al que nos referíamos en el artículo anterior. No hagamos como aquellos que, alabando la excelencia del trabajo perfecto, no cambian nada de su práctica, porque su ideal es inalcanzable.


*Los materiales del curso están disponibles en http://formacion.educalab.es/course/view.php?id=57

lunes, 14 de julio de 2014

La clase al revés: reflexiones en Santander (I)

Este año, por primera vez, he participado en un curso del INTEF (Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y de Formación del Profesorado) celebrado en las instalaciones de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo en Santander del 7 al 11 de julio. El curso llevaba por nombre "Flipped Classroom", es decir, clase al revés (lo prefiero a "clase invertida"). Lo que sigue no quiere ser un resumen de cinco días, sino una síntesis aleatoria de cosas que me llevo de vuelta a casa, tras treinta horas de formación y otras tantas de convivencia en comidas, desayunos y ratos de asueto con compañeros de casi toda España que imparten clase en todas las etapas de la educación formal no universitaria. Sesenta y cuatro profesores elegidos entre más de trescientas solicitudes. 
Una vez más, he constatado la dificultad de ofrecer, en una semana, una formación que satisfaga a todos los participantes, incluso que sea coherente internamente, sin solapamientos ni carencias subsanables. En Santander, en ocasiones anteriores, esta dificultad había aparecido ocasionalmente, pero no había sido un obstáculo para el aprovechamiento del curso. Esta vez, sí lo ha supuesto.
Vayamos con lo positivo. Manuel Jesús Fernández (@manueljesusF en Twitter) nos ejemplificó su trabajo en historia en bachillerato basado en la metodología de la clase al revés, que consiste principalmente en presentar materiales a los alumnos para que elaboren colaborativamente un producto relacionado con el tema de estudio. Además, Manuel Jesús utiliza Twitter para que su alumnado comparta opiniones, hechos, comentarios... sobre la historia de España (hace un tiempo se podían leer en Twitter, dirigidos a él).
Las distintas  maneras de usar las tecnologías, según D. Reig
Además, nos habló de las TIC, ya conocidas por todos, y también de las TAC (tecnologías del aprendizaje y la cooperación) y de un concepto desconocido para mí, las TEP (tecnologías del empoderamiento y la participación), acrónimo creado por Dolors Reig. Además, nos presentó un vídeo de la propia Dolors, que explica el enfoque del docente 2.0, que plantea dos tareas fundamentales:
-Administrador (curator) de contenidos, papel de intermediario entre la información y el alumnado, por una parte.
-Gestor de la inteligencia colectiva, en la que la heterogeneidad, al revés que en la pedagogía tradicional, es un valor positivo, que enriquece el resultado final.
Por la mañana, Juan Núñez (@juannunezc) nos brindó una ponencia-marco que pretendía (y consiguió, a mi entender) abrir puertas, señalar caminos, aproximarnos al concepto de clase al revés y a la metodología activa que la sustenta. Animó a buscar en la red los contenidos, a participar (en el rol de prosumidor) y gestionar la información, como veíamos anteriormente. Digamos que cambia sustancialmente la manera de preparar las clases; pierde sentido utilizar un único instrumento, el libro de texto, en favor de la diversidad y riqueza de posibilidades de la web. Ese cambio implica el conocimiento de diversas herramientas, y ha de ser gradual, si no queremos abrumarnos por la complejidad de la tarea, sujeta además al factor temporal.
Entre sus aportaciones, llamó mi atención el "cono de Dale", que plantea la permanencia de lo aprendido a lo largo del tiempo, y que constituye una pista de cómo planificar los aprendizajes.
El ponente también se preguntó por qué , en la transición de infantil a primaria y posteriormente, se pierde la ilusión por ir al colegio, por aprender lo que allí se propone. Reivindicó la manera de trabajar en la primera etapa de la escolaridad. Ciertamente, aquí lo hemos dicho en diversas ocasiones, la escuela no puede seguir siendo el lugar de habituarse a una rutina, como lo fue en la etapa industrial. Eso no significa que no se adquieran hábitos, pero siempre teniendo en cuenta que vivimos en una época de intercambio generalizado de información, y la educación formal es un agente más -poderoso, si se quiere, por su capacidad certificadora del conocimiento- pero en competencia con otros agentes que despiertan, sin lugar a dudas, el interés del alumnado. Trabajar con esa idea ayuda a situar la práctica en parámetros de nuestro tiempo.


Sala de profesores: un retrato con sombras

Retomamos el blog con uno de sus epígrafes de más éxito, cine y educación. A lo largo de los ya casi doce años de esta aventura de opinar so...